LA LLAVE Y LA RENDIJA

Tenía una llave funcional, sólo con asomarla a la rendija, hasta en medio de la más oscura condena la puerta se abría.

Tenía  una llave funcional, sólo con mostrarla a la rendija, hasta en medio de la más penosa penumbra la puerta se abría.

Tenía una llave funcional, sólo con ensenarla a la rendija, hasta en medio de la más confusa postración la puerta se abría.

Tengo una llave disfuncional enquistada a mis manos escurridizas, ni siquiera con asomarla, mostrarla o enseñarla la puerta se abre.

Necesito recuperar la autenticidad de mi llave para poder oxigenarme y liberarme  de todo este tiempo sumergido en la profundidad de mi viciado desaliento…

¡He  extraviado la cerradura de mi llave ¡

Está

obstruida

la

rendija

de

mi

destino.

¿Quién envició mi llave?

OIP (5)

JOSE LARA FUENTES ©

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